martes, 19 de junio de 2012

Niña con cerezas



Hacer un retrato siempre supone un reto. Conseguir la textura de la piel y la expresión de los ojos requieren un trabajo minucioso. Las luces y las sombras dan volúmen y realismo a la escena. La dificultad se incrementa, pero también la satisfacción de verlo terminado.